viernes, 16 de diciembre de 2011

Un recorrido por nuestros orígenes

Desde la Agrupación “22 de Diciembre” - Lista Blanca - Jorge Di Pascuale creemos que conocer nuestro pasado es indispensable para encarar el futuro. Por ello, les acercamos el siguiente artículo y los invitamos a conocer la historia de la asociación y nuestro país.

Hoy: “Los inicios del Peronismo en Argentina”.


En 1946, con la llegada del peronismo al gobierno, los empleados de Farmacia, al igual que la mayoría de los trabajadores de todos los gremios, se identifican con la gestión y con las ideas del presidente Perón. Ante esta realidad abrumadora, quien se desempeñaba como Secretario General del Sindicato de Farmacia, compañero Jacobo Goldenscher, renuncia al cargo para permitir el ascenso de los compañeros peronistas. Ese año resulta electo y asume la Secretaría General el compañero Roberto Fierro.

A partir de entonces, en el sindicato cobran protagonismo los dirigentes peronistas Eduardo Vuletich, Agustín Margall, Carlos Varela, José “Pepe” Azcurra, Emilio Nembrini y Antonio Robles, entre otros.

En 1947, con apoyo del Ministro de Trabajo, Ramón Freyre, y con la firme determinación de Eva Perón, el Sindicato logra firmar el primer convenio colectivo de trabajo, con aplicación geográfica de hasta 60 kilómetros. En 1948 la vigencia del Convenio se extenderá a todo el territorio nacional. Ese mismo año, asume la Secretaría General, compañero Eduardo Vuletich, dándole a A.D.E.F. y a nuestra Federación un nuevo impulso y logrando, ambas entidades, nuevas conquistas: los Cursos Auxiliares de Farmacia a través de las universidades en todo el país, la imposición del Día del Empleado de Farmacia, el día 22 de diciembre de 1950, mediante resolución firmada por Perón y el ministro de Salud de la Nación, Doctor Ramón Carrillo. También, la adquisición de la nueva sede de la calle Rincón 1044.

En 1952, luego de que el titular de la CGT, José Espejo, fuera abucheado en el acto del 17 de Octubre, renuncia al cargo y asume en su lugar nuestro compañero de ADEF, Eduardo Vuletich.


Eduardo Vuletich con el Presidente Perón.

El 1° de mayo de 1955, en la Casa Rosada y junto al presidente Juan Domingo Perón, el Secretario General de la CGT, Eduardo Vuletich, después de atacar violentamente a la Iglesia Católica en su discurso, manifestó que “la central obrera, por intermedio de sus legisladores, postulará eliminar la enseñanza religiosa y separar a la Iglesia del Estado”. A su vez, el propio Perón completó aquella idea: “el Pueblo, por medio de sus representantes, ha de decir su última palabra. Si el pueblo decide que han de irse, se irán”.

Un mes y medio después, luego de la masacre del 16 de junio, cuando aviones de la Armada bombardearon Plaza de Mayo provocando más de 300 muertos y 800 heridos graves, el presidente Perón adoptó una política más conciliadora, llamando a todos los partidos a dejar de lado las disputas que estaban llevando al país al borde la guerra civil.



En ese contexto, el 1º de julio de 1955, Eduardo Vuletich renuncia al cargo de Secretario General de la CGT. Reemplazado interinamente por Hugo Di Pietro, la renuncia de Vuletich se produce en el marco de una reforma del gabinete de Juan Domingo Perón, del que se alejan los integrantes más cuestionados por la oposición. Pero el intento resultó infructuoso: el golpe de estado ya estaba en marcha.

Los años duros

Continuamos con el relato del contexto por el que atravesaba la Argentina mientras el sindicato de Farmacia daba sus primeros pasos.
En esta segunda entrega, los peores años de la historia de nuestro país: el golpe.


El golpe militar de 1955, liderado por Aramburu y Rojas, se llevó a cabo para modificar y destruir todo lo hecho durante 10 años de gobierno peronista. La economía nacional, la dignidad de país soberano y toda la acción tendiente a instaurar la justicia social fueron atacadas impiadosamente por el nuevo gobierno. Había que comenzar la entrega del país y escarmentar al pueblo que se atrevió a llevar adelante un proceso nacional. Con ese objetivo, la dictadura desató una represión feroz y puso en la mira a las organizaciones gremiales que eran el sostén de la organización popular y así fue que procedió a intervenirlas, saquearlas y encarcelar a sus dirigentes.

El objetivo del gobierno consistió en el exterminio del peronismo como expresión política y el sometimiento de la clase trabajadora.

Para ello se prohibió la exhibición y exteriorización de los símbolos peronistas, se encarceló a miles de militantes, se llevó a las fuerzas armadas a las fábricas a presionar a los trabajadores, se anularon comisiones internas y cuerpos de delegados, además de implementar despidos, suspensiones, cambios de sistemas de trabajo, pérdidas de conquistas y beneficios.

Entre marzo y abril de 1956 el Gobierno deterioró más la influencia de los peronistas, mediante un decreto que estableció que no podrían ocupar cargos públicos, ni gremiales, aquellas personas que lo hubieran hecho o apoyado a Perón, desde junio de 1946 a septiembre de 1955.

El Boletín Oficial del 9 de marzo de 1956 reprodujo el texto del Decreto Ley 4161 sancionado con fecha del 5/03/1956:

Prohibición de elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista.

Visto el decreto 3855/66 (6) por el cual se disuelve el Partido Peronista en sus dos ramas en virtud de su desempeño y su vocación liberticida, y Considerando: Que en su existencia política el Partido Peronista, actuando como instrumento del régimen depuesto, se valió de una intensa propaganda destinada a engañar la conciencia ciudadana para lo cual creó imágenes, símbolos, signos y expresiones significativas doctrinarias, artículos y obras artísticas:

Que dichos objetos, que tuvieron por fin la difusión de una doctrina y una posición política que ofende el sentimiento democrático del pueblo Argentino, constituyen para este una afrenta que es imprescindible borrar, porque recuerdan una época de escarnio y de dolor para la población del país y su utilización es motivo de perturbación de la paz interna de la Nación y una rémora para la consolidación de la armonía entre los Argentinos.

Que en el campo internacional, también afecta el prestigio de nuestro país porque esas doctrinas y denominaciones simbólicas, adoptadas por el régimen depuesto tuvieron el triste mérito de convertirse en sinónimo de las doctrinas y denominaciones similares utilizadas por grandes dictaduras de este siglo que el régimen depuesto consiguió parangonar.

Que tales fundamentos hacen indispensable la radical supresión de esos instrumentos o de otros análogos, y esas mismas razones imponen también la prohibición de su uso al ámbito de las marcas y denominaciones comerciales, donde también fueron registradas con fines publicitarios y donde su conservación no se justifica, atento al amplio campo que la fantasía brinda para la elección de insignias mercantiles.

Por ello, el presidente provisional de la Nación Argentina, en ejercicio del Poder Legislativo, decreta con fuerza de ley

Art. 1º - Queda prohibida en todo el territorio de la Nación
a) La utilización, con fines de afirmación ideológica Peronista, efectuada públicamente, o propaganda Peronista, por cualquier persona, ya se trate de individuos aislados o grupos de individuos, asociaciones, sindicatos, partidos políticos, sociedades, personas jurídicas públicas o privadas, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales pertenecientes o empleados por los individuos representativos del Peronismo.

Se considerará especialmente violatoria de esta disposición, la utilización de la fotografía, retrato o escultura de los funcionarios Peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto, el de sus parientes, las expresiones “peronismo”, “peronista”, “justicialismo”, “Justicialista”, “tercera posición”, la abreviatura PP., las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales “Marcha de los Muchachos Peronistas” y “Evita Capitana” o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto o su esposa o fragmentos de los mismos.

b) La utilización, por las personas y con los fines establecidos en el inciso anterior, de las imágenes, símbolos, signos, expresiones significativas, doctrina, artículos y obras artísticas que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como tales, creados o por crearse, que de alguna manera cupieran ser referidos a los individuos representativos, organismos o ideología del Peronismo.

c) La reproducción por las personas y con los fines establecidos en el inciso a), mediante cualquier procedimiento, de las imágenes, símbolos y demás objetos señalados en los incisos anteriores.

Art. 2º - Las disposiciones del presente decreto-ley se declaran de orden público y en consecuencia no podrá alegarse contra ellas la existencia de derechos adquiridos. Caducan las marcas de industria, comercio y agricultura y las denominaciones comerciales o anexas, que consistan en las imágenes, símbolos y demás objetos señalados en los incs. A) y b) del art. 1º.

Los Ministerios respectivos dispondrán las medidas conducentes a la cancelación de tales registros.

Art. 3º - El que infrinja el presente decreto-ley será penado:

a) Con prisión de treinta días a seis años y multa de m$n. 1.000.000
b) Además, con inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena para desempeñarse como funcionario público o dirigente político o gremial;
c) Además, con clausura por quince días, y en caso de reincidencia, clausura definitiva cuando se trate de empresas comerciales.

Cuando la infracción sea imputable a una persona colectiva, la condena podrá llevar como pena accesoria la disolución.

Las sanciones del presente decreto-ley será refrendado por el Excmo. Señor vicepresidente provisional de la Nación y por todos los señores ministros secretarios de Estado en acuerdo general.

Art. 5º - Comuníquese, etc. – Aramburu – Rojas – Busso – Podestá Costa – Landaburu – Migone – Dell Óro Maini – Martínez – Ygartúa – Mendiondo – Bonnet – Blanco – Mercier – Alsogaray – Llamazares – Alizón García – Ossorio Arana – Hartung – Krause.

El 27 de abril de 1956, Aramburu anuló, por decreto, la Constitución peronista de 1949 y reimplantó la Constitución liberal de 1853. Se eliminaron los artículos 37 al 40 que establecían la función social de la propiedad privada y los derechos del trabajador.
El 23 de mayo el Gobierno estableció por decreto un nuevo régimen de asociaciones profesionales, también la realización de elecciones en los gremios dentro de 150 días. Reiteraba la proscripción de los peronistas que hubieran sido dirigentes gremiales durante la segunda presidencia de Perón, y ajustaba los detalles del proceso comicial.
También incluía un nuevo artículo que fijaba la representación de la minoría en el Comité Ejecutivo de cada sindicato, lo cual favorecía a los independientes, pues eran minoritarios en la mayoría de los casos.

Fusiladora: la verdadera cara de la “Libertadora”

En esta oportunidad, les contamos los terribles sucesos ocurridos durante un levantamiento organizado por los peronistas, en el marco de la dictadura militar del General Aramburu.

En junio de 1956, en varios puntos del país estalló una rebelión armada peronista en la que participaron civiles y militares. Esta asonada, conocida por el gobierno con anticipación, fue aplastada. Se implantó la ley marcial y se condenó a fusilamiento a los líderes de la rebelión. Treinta y ocho personas -entre civiles y militares-, fueron fusiladas, entre ellos el General Valle y un grupo de civiles en un basural de León Suárez. Aramburu y Rojas asumieron públicamente la responsabilidad de esta decisión que justificaron como indispensable para desalentar reacciones similares en el futuro.



General Valle, fusilado en 1956.



La exclusión o la integración del peronismo en el sistema político fue una polémica que atravesó al conjunto de la sociedad. Las relaciones con el peronismo proscripto por el gobierno militar, originaron fracturas en varios partidos políticos.

La Unión Cívica Radical se dividió en dos. La “Unión Cívica Radical del Pueblo”, liderada por Balbín, fue antiperonista. La Unión Cívica Radical, conducida por Frondizi, mantuvo una línea de acercamiento al peronismo.
Con la exclusión del peronismo estaban de acuerdo la mayoría de los miembros de las Fuerzas Armadas.

A esta impiadosa represión, el pueblo le opuso su decidida acción; a las marchas, movilizaciones y barricadas le agregó la huelga y la toma de establecimientos, el sabotaje y las bombas, los atentados y el enfrentamiento allí donde se dieran las circunstancias. En las calles y en las fábricas miles de trabajadores producían diariamente actos de rebeldía que ponía en jaque la acción del gobierno. Era la Resistencia Peronista que reproducía miles y miles de nuevos combatientes contra el proyecto antinacional.

De esta acción derivan dos hechos: la superación de los viejos dirigentes acostumbrados a la comodidad del poder y la necesidad de recuperar las organizaciones sindicales en manos de las diversas intervenciones o de dirigentes complacientes.

Nace la Agrupación “22 de Diciembre” – Lista Blanca

Con Jorge Di Pascuale al frente, nuestra Asociación da sus primeros pasos promoviendo los ideales peronistas que habían sido prohibidos por la dictadura militar.

En ese preciso momento, en el seno del Gremio de Farmacia, surgirá con toda su fuerza y trascendencia la figura señera de Jorge Fernando Di Pascuale quien, junto a otros compañeros que asumieron la decisión de recuperar la organización: José Pepe Azcurra, Horacio Mujica, Alfredo Ferraresi, Horacio Cinqualbres, Argentino Kanzarian, Pedro Ross y el apoyo incondicional de Antonio Luis Vidal y Daniel Blanco, socio N° 1 de A.D.E.F., fundan la Agrupación 22 de Diciembre - Lista Blanca.


Dirigentes de la LISTA BLANCA en 1957.

ELECCIONES EN FARMACIA

Como en todos los gremios, la dictadura prohibía que participaran como candidatos a todos los dirigentes que habían tenido cargos o responsabilidades durante una etapa del gobierno peronista. El texto de las inhabilitaciones afirmaba:

Están inhabilitados para ser candidatos:
a) Los que hayan ocupado cargos directivos o representativos en la Confederación General del Trabajo, desde el 1º de febrero de 1952 al 16 de setiembre de 1955, inclusive;
b) Los que ocuparon cargos directivos o representativos en el Sindicato, entre el 1º de febrero de 1952 al 16 de setiembre de 1955, inclusive;
c) Los que intervinieron en el Congreso Confederal de la CGT que aprobó el preámbulo político de los estatutos de esa Confederación;
d) Los que están comprendidos en las normas de interdicción dictadas por el Gobierno Provisional de la Nación;
e) Los acusados, condenados o procesados por delitos comunes ante los tribunales nacionales o provinciales;
Los que estén comprendidos en el Decreto-Ley Nº 5.258, sobre inhabilitaciones.

En 1957, se realiza la convocatoria a elecciones en el Sindicato de Empleados de Farmacia. Se realizaron 3 actos electorales consecutivos (ya que la intervención se negaba a entregar el gremio a los vencedores), durante los meses de mayo, julio y setiembre y en ellos se impone la Agrupación “22 de diciembre” - Lista Blanca, llevando a Jorge Di Pascuale como Secretario General del gremio.

La figura ejemplar de Jorge Di Pascuale

Su conducción fue fundamental en la consolidación y fortalecimiento del Sindicato de Empleados de Farmacia. Desde la creación de la Agrupación “22 de Diciembre”- Lista Blanca, en 1957, A.D.E.F. creció y se hizo grande en la defensa de los trabajadores del gremio, en el crecimiento de su estructura social y en el protagonismo asumido en el plano nacional e internacional.


En diciembre de 1957, la Lista Blanca, con el liderazgo de Di Pascuale, asumirá la conducción de ADEF.


Di Pascuale, Azcurra, Mujica y Ferraresi.

Su participación fue clave en la defensa de la ley de medicamentos del ministro Oñativia y en la denuncia de la manipulación y los mecanismos de precios que manejaban los grandes laboratorios.

Jorge Di Pascuale acompañó, también, a la conducción del Sindicato en la discusión del Convenio Colectivo de Trabajo y las leyes de protección de los derechos del trabajador de Farmacia.


Ferraresi, Di Pascuale, Mujica y Longo

Jorge Di Pascuale se destacará en el Movimiento Obrero, siendo designado para ocupar cargos en las “62 Organizaciones”, el Comando Superior Peronista, y diputado nacional electo en 1962. Con él a la cabeza el gremio participó en el conflicto del Frigorífico Nacional “Lisandro de la Torre”, junto a Sebastián Borro. También en los históricos plenarios de La Falda(*) , en 1957, y Huerta Grande, en 1962, y en la Resistencia Peronista. Por estas luchas, el compañero Pepe Azcurra fue condenado por los tribunales militares, y encarcelado durante tres años.

(*)PROGRAMA DE LA FALDA
En el marco de resistencia obrera y lucha política del Peronismo contra las proscripciones y la entrega, la CGT de Córdoba convocó a un Plenario Nacional de Delegaciones Regionales de la CGT y de las 62 Organizaciones, en la localidad de La Falta, donde aprobó un Programa de Gobierno antioligárquico y antiimperialista.

Las “62 Organizaciones”

En el capítulo anterior, les contamos los comienzos de Jorge Di Pascuale como dirigente sindical. En esta entrega, seguiremos profundizando acerca de su destacado papel dentro del Movimiento Obrero.

1957: NACIMIENTO DE LAS “62 ORGANIZACIONES”
No obstante las políticas regresivas que aplicaba, el gobierno se vio obligado a reconocer algunas de las que consideraba demandas legítimas de los obreros. Sin derogar el decreto que restringía la participación peronista, procuró volver a normalizar la mayor cantidad posible de los gremios a partir de abril de 1957.

El 12 de julio de ese año, los sindicatos que en febrero habían conformado la Comisión Coordinadora Intersindical de Gremios Normalizados (IS), llevaron a cabo un paro general de 24 horas, que tuvo alto acatamiento obrero en Capital, Gran Buenos Aires, Córdoba y Tucumán. Fue un éxito de los sindicalistas peronistas, comunistas e independientes, que comenzaban a tejer alianzas efectivas para oponerse a la política económica oficial.

El 25 de julio de 1957 se dictó un decreto que facultaba a su interventor para convocar a un Congreso General extraordinario de la filiales de la CGT que contaran con 1000 afiliados o más. El primer objetivo del Congreso sería la sanción de nuevos estatutos, la elección de autoridades y el término de la intervención.

El Congreso no llegó a realizar ninguno de sus fines, después de reunirse durante 5 sesiones violentas, borrascosas y polémicas, entre el 25 de agosto y el 4 de septiembre.

Los representantes de 62 sindicatos se reunieron, el 23 de septiembre, en la sede de la Federación de Luz y Fuerza y resolvieron presentar al Gobierno un petitorio que contenía 3 puntos:

a) solución satisfactoria de los conflictos telefónicos y telegráficos;
b) derogación del decreto 824 que prorrogaba la vigencia de los convenios, y;
c) derogación del decreto 10596, que negaba el derecho de huelga.

En caso de no satisfacer estas demandas se resolvía efectuar un paro general de 24 horas en todo el país para el viernes 27 de septiembre.

No hubo solución de los problemas planteados y el paro se llevó a cabo. Centenares de miles de trabajadores paralizaron las actividades industriales, portuarias, la banca, el transporte, etc. Como no contaban con la CGT, estructuraban otra forma de coordinación intersindical. Las 62 entidades que habían exigido la continuación del Congreso de la CGT y resuelto el paro, constituyeron el nucleamiento de las "62 organizaciones", integrado por sindicatos liderados por peronistas y comunistas.

Mientras que los gremios que se habían retirado del Congreso y se opusieron a la continuación formaron otro nucleamiento, llamado pomposamente "32 Gremios Mayoritarios Democráticos", se enrolaron en las posiciones de la ORIT.

“Jorgito no vacila, ni retrocede ni negocia”

Historiadores y conocidos de Di Pascuale aseguran que el dirigente sindical tenía alma de líder. Dotado de fuertes convicciones, jamás se dejó llevar por intereses personales y fue siempre fiel a sus compañeros de lucha.

TESTIMONIOS SOBRE DI PASCUALE
Dice el historiador Eduardo Luis Duhalde: “Era casi un chiquilín cuando Di Pascuale da sus primeros pasos, previos al golpe de 1955 (por eso siempre la vieja militancia lo llamó Jorgito y otros, como Raimundo Ongaro, “Pascualito”). Cuando el Movimiento Obrero se rearma en la clandestinidad de la Resistencia en los años 1956 y 1957, Jorge integra la “C.G.T. Negra” y la “CGT Auténtica”, son años duros y difíciles, de cárcel, torturas y fusilamientos. “Jorgito” Di Pascuale no vacila, no retrocede ni negocia. Tiene el coraje del convencido, del militante firme, no el del matón, sino su imagen contraria.

Varias veces, a través de esos veinte años de actuación pública, tratarán de silenciarlo, enviándolo a la cárcel (su último proceso – por “instigación a la rebelión y apología del crimen” - fue durante el gobierno militar del general Agustín Lanusse). A partir de entonces, la tarea de Jorge se multiplica. En lo interno, comienza a consolidar el gremio y a organizarlo sólidamente junto a sus compañeros inseparables Alfredo L. Ferraresi, Horacio Mujica y José “Pepe” Azcurra; entre otros. Hacia afuera, participa en 1957 del histórico congreso de La Falda, donde el Movimiento Obrero elabora un programa revolucionario para enfrentar la crisis nacional. Además, funda la “Intersindical”(*) con el objetivo de arrancarle al gobierno la normalización de los Gremios intervenidos hasta que se crean las “62 organizaciones peronistas” y Jorge integra la mesa directiva de esa nueva instancia de organización peronista.

La figura de Jorge crece en la acción y de a poco se va convirtiendo en una pieza clave de la lucha contra la entrega del país.

En 1958, la huelga en todo el país se multiplica y especialmente la que se realiza en Mendoza hace que el gobierno decrete el Estado de Sitio. Ello lleva a la cárcel a Framini y otros dirigentes, por lo que una nueva camada de cuadros intermedios aparece conduciendo la lucha, entre ellos Di Pascuale. Éste cumple una destacada acción en la toma del Frigorífico Nacional “Lisandro de la Torre”, donde nueve mil trabajadores acompañan a Sebastián Borro enfrentando las tanquetas militares y protagonizando una de las más grandes gestas de la resistencia peronista.”

Recuerda Sebastián Borro : “Conocí a Jorge Di Pascuale allá por julio o agosto de 1957. Yo acababa de salir de la cárcel de Chubut y él se había hecho cargo del Sindicato de Farmacia, y ya integraba la Intersindical que daría paso a las 62 organizaciones peronistas.

Jorge tendría para esa fecha 24 ó 25 años y demostraba una capacidad de trabajo muy grande... Cárceles, persecuciones, reuniones, incontables viajes al interior a normalizar delegaciones, nos hicieron prácticamente inseparables. Eran épocas en que la lucha del peronismo transitaba fundamentalmente por las organizaciones gremiales. Las "62 Organizaciones" eran la cara visible del movimiento peronista y, por lo tanto, en su seno se debatían las posturas que luego se mantendrían por muchos años más”.

(*) Los sindicatos y delegaciones regionales recuperadas formaron la "Intersindical', que el 12 de julio de 1957 lanzó un paro general que fue acatado en todo el país, obligando al gobierno a convocar al Congreso Normalizador de la CGT intervenida hasta ese momento por el Capitán de Navío Patrón Laplacette.